El recorrido de Sucundum no deja de sorprenderme. Estuve hablando de la serie en una revista de estética y belleza.
Gracias Lic. Patricia Yohai por la la linda charla que tuvimos.
El placer de
captar el instante
Julián Rovagnati tiene 39 años y hace veinte años que trabaja en fotografía. Su pasión por la fotografía la heredó de su padre, también fotógrafo, quien le enseñó los conceptos básicos.
Luego hizo la carrera de imagen y Sonido y comenzó a trabajar en Publicidad. Sin embargo la fotografía publicitaria le atraía cada vez menos y decidió correrse hacia el costado artístico que es con la que busca expresarse.
Lee mucho, no solo sobre lo suyo sino también sobre arte, plástica, cine y teatro.
Su curriculum es muy atractivo: En 2015 su obra “Sombreros”, ganó el concurso “Transparescencia”organizado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y estuvo expuesta en el Centro Cultural Recoleta.
En 2016 obtuvo un premio por la obra “Esperando” en el concurso “Argentinidad”, organizado por Prudencia Seguros. También en ese año la obra “Chinatown I” quedó finalista en el concurso “Gente de mi Ciudad”, organizado por el Banco Ciudad, y formó parte de la muestra en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti.
En abril de 2017 año fue convocado por la Galería de arte Buenos Aires Fine Arts para realizar una muestra llamada “Bristol”. También fue convocado  por varias escuelas de fotografía para dar charlas sobre la realización de la serie “Sucundum”.
En cuanto a sus proyectos para 2018, es un año en que estará  muy ocupado: tiene que trabajar sobre un corpus importante de fotos tomadas en Europa. Además está terminando de producir una serie de fotos en Chile, para realizar un proyecto que tiene alguna relación con la serie anterior, sobre todo por el color y los personajes. Por otra parte tiene pensado llevar a libro el proyecto Sucundum.
Guía de Transformaciones Estéticas conversó con Julián y aquí va esta jugosa charla. 
GDETE: Tu obra es muy “pictórica” parece pintura.
JR: Sí, me lo han dicho. Yo retrabajo los colores, no los llevo a otro tono pero sí los reduzco, por ejemplo: en una imagen donde hay verdes trato de que sean todos uniformes, el mismo verde. Eso, que da la sensación de estar pintado,  produce cierto extrañamiento en la fotografía.
GDETE: Desde el punto de vista expresivo ¿qué diferencias encontrás entre la fotografía en blanco y negro y la de color?
JR: Me encanta la fotografía en blanco y negro, muchos referentes míos trabajan así, pero valorarla sobre la color creo que es un lugar común. Muchos piensan que una mala foto en color puesta en blanco y negro pasa a ser mucho mejor. Yo no estoy de acuerdo con eso. Hay fotos que en color expresan mucho más y hay otras que es al revés; conmueven más en blanco y negro. Para mí hay fotografías buenas y malas, independientemente del color. No puedo poner una por encima de la otra.
GDETE: No está demasiado difundida la fotografía artística ¿no?
JR: Más o menos, ahora se la está conociendo más aunque siempre estuvo un poco relegada, un paso atrás de la Plástica. Pero ahora se la está revalorando, se editan libros de fotografías, se hacen muestras.
GDETE:¿La gente compra una fotografía para poner en su casa, como ocurre con un cuadro?
JR: Sí, cada vez más.  Hay bastante oferta. Por lo general el fotógrafo hace una serie de cuatro o cinco copias y se hace un certificado que remite a la autenticidad del trabajo, el artista ahí se compromete a hacer, por ejemplo, solamente tres copias que van firmadas. También puede venderse la original (una queda para el artista y otra es la que se pone en venta, firmada).
GDETE:¿Qué es lo que te interesa contar con tu obra?
JR: Me interesa mostrar el lugar donde se mezclan el absurdo y el sentido común, es como un limbo en que ambos conviven, donde no se sabe hasta dónde está la ironía y hasta dónde lo serio. Es el lugar donde me siento mejor. En la serie de la playa se ve lo popular pero con una mirada distinta que genera cierto extrañamiento en el espectador.
GDETE: La serie de la playa (Sucundúm) la hiciste con fotos tomadas en Mar del Plata y Mar de Ajó ¿podrías haber sacado fotos en Pinamar y Punta del Este?
JR: Podría, pero no para esta serie. En esos lugares que mencionás la gente está más atenta a imagen, al aspecto, a lo que los demás ven de uno. En cambio en Mar del Plata o Mar de Ajó me parece que hay más desprejuicio. Lo que veía en estos balnearios me parece bello, interesante para mostrar. Recuerdo que para hacer esta serie caminé kilómetros y kilómetros para encontrar los personajes que me interesaban; fue una búsqueda frenética, diría. Pasé varios veranos en Mar de Ajó y allí encontré la gente que conformaba el patrón que yo quería contar:  colores estridentes, cuerpos desinhibidos,  esos accesorios grandes y floreados que mencionaban Punta Cana cuando aparecían en Mar de Ajo.
GDETE:¿Por qué el pop art?
JR: El pop art es un movimiento que nació a mediados del siglo XX que hacía foco en lo cotidiano, lo popular. Y eso popular y cotidiano me interesó documentar con la cosa atlántica (muestra Sucundúm): la gente con ropas estridentes, el vendedor de churros, de choclos, toda esa cultura algo kitsch me atrae, encuentro belleza en todo.
GDETE:¿Por qué se llama Sucundúm?
JR: Porque está en esa canción playera de Donald, “Las olas y el viento, sucundúm”, canción liviana, pop, que representa ese borde en que se juntan el sentido común y el absurdo. Es un nombre que va con la serie que tiene algo de irónico y es popular.
GDETE:¿Cómo componés una foto? ¿vas caminando y encontrás algo que te interesa? ¿son instantáneas?
JR: Puede ser de dos modos: a veces busco y a veces encuentro. Cuando busco tengo in mente algo, que a veces lo boceto, boceto el espíritu que quiero darle a la foto. O encuentro: voy caminando y encuentro algo que me atrae, hice unas fotos de inmigrantes con las que gané un premio,  los encontré en la zona de Once y Balvanera, bolivianos, orientales, árabes, judíos, senegaleses, me atrajo y armé una serie. Esto lo encontré caminando con la cámara. Es lo que más placer me da: salir con la cámara y fotografiar ese instante de lo real. Cuando saco fotos, la persona a la que fotografío no se da cuenta de lo que hago, la cámara la tengo a la altura de la cintura, así no se pierde espontaneidad. Podría decir que trabajo con modelos, pero ellos no saben que los estoy fotografiando. Por otra parte, uno tiene mucha información, conoce y admira a muchos artistas pero es bueno que al momento de hacer clic con la cámara pueda sacárselos de la cabeza, despojarse, para poder trabajar con libertad.
GDETE:¿Tus trabajos tienen mucha post producción? Para decirlo rápidamente ¿mucho photoshop?
JR: Hoy todo tiene su producción, su post producción como antes era el revelado de las fotos. Las fotos  las hago en un formato especial que se llama “raw”,  mientras esté en este formato nadie lo editó, es crudo. Para empezar a trabajar hay que revelarlo, como se hacía antes, esto se hace en la computadora. Ahí trabajo cómo quiero que aparezcan las sombras o que se vean las luces, qué colores quiero suprimir o cuáles agregar, etc. Pero no corto ni pego, no agrego a la imagen elementos “de afuera”, digamos, no me interesa el artificio Con los colores me gusta darle a la foto un tratamiento de contrastes. En la serie Sucundúm me costó encontrar el tono en las tres primeras fotos, al conseguirlo ya tenía el camino.
GDETE:¿A qué artistas admirás? 
JR: A quienes admiro son muy diversos, algunos no tienen que ver con la fotografía. Por dar nombres puedo mencionar a  (Henry Cartier) Bresson, (Robert) Capa, la norteamericana Diane Arbus, que es maravillosa. En mi obra hay mucho de los personajes del cine de (Emir) Kusturica, también hay cierta rebeldía de los Rolling Stones o se puede encontrar la ironía de Woody Allen.
GDETE:¿Qué s la belleza para vos?
JR: Creo que tiene que ver con un estado de ánimo, también me parece que es un gran misterio. Uno sabe que tiene que ver con la armonía, las líneas suaves, la proporción, sin embargo yo encuentro belleza fuera del estereotipo.
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